miércoles, 29 de agosto de 2012

Revés



Entre, sin preguntar por nadie.
A la derecha, puede que la puerta esté cerrada.
Entre. 
Al cruzar la puerta puede que no vea, la oscuridad es plena. 
Ya hemos crecido como las primeras flores de primavera.
Aquí hay más gente gente por eso hablamos bajo. Son nuestros fantasmas.
Cuando creces los fantasmas son la angustia, el miedo, la oscuridad.
Puede que haya un olor raro. No tenga miedo, todo va bien.
Adentro, estábamos juntos. Los hilos de nuestros sueños se fueron entrelazando lentamente. 
El aire que entraba por mi nariz estaba frío. Había brillantina en el suelo, sé que usted no puede verla es tan oscuro aquí.
Nuestros cuerpos, se rozaban, no se unían. No dependíamos, pendíamos nuestros hilos. Tan delicados y tan pálidos.
Él era bueno para quedarse con los ojos cerrados, quieto.
Yo, escuchaba resonar sus pensamientos por que no quería encontrar los mios.
Nos ésta viendo ¿Verdad? 
Ve el agua que llueve adentro de cada una de nuestras nubes.
Sé que no puede sentirla, a veces tampoco puedo. A veces él tampoco puede.
No quiero que diga nada maravilloso, ya cruzo la puerta, sólo mírenos.
Miré los árboles en mi cabello, son de otoño, de invierno y primavera.
Miré mi mano, descansando dentro de la él. Miré.
Miré el acantilado a nuestros costados. No se acerque mucho.
¿En éste momento las estrellas brillan en nuestros ojos?
Es un instante mágico. Un hielo imposible de quemar.
Ésta sí es la gloria de un nuevo día, por que no importa la tristeza, ni los vidrios rotos. 
Estamos desnudos, y no hablo de ropa. Hablo de alma. 
Por favor miré como él ojea mis cicatrices. Sé que las siente suyas. 
Por favor miré la debilidad de mi cuerpo, de la desnudez, es tan grande qué se funde en los espirales de mi propia destrucción.
Somos como un cuento. 
Por favor, mírenos.
No nos deje escapar. 
Guárdenos, dentro.


lunes, 27 de agosto de 2012

Escudo






Preparéce.
Todo lo que usted teme, terminará alcanzándolo.
Preparéce.
Será una gran batalla. 

miércoles, 22 de agosto de 2012

Miércoles

Árbol de pensamientos.
Incendio de ideas.


Estaba cansado de pensar en ello, era como leer un periódico viejo una y otra vez.
La misma noticia y ya se sabía de memoria, los puntos, las comas, los silencios.
Conocía con precisión cada detalle de aquel asesinato.
Alguien había matado algo. ¿Cuantas veces lo había dicho? ¿Es qué no se cansaba de ser su propio eco?
"Fue un asesinato doble" - Le decía alguna voz en su cabeza.
Estaba agotado de tener los ojos húmedos y las pestañas largas. 
El sonido de sus huesos qué hablaban en voz alta. El silencio derramado al oír.
La información era suficiente para resolver, lo (in)resolvible. Seguía buscando. ¿Por qué?
¿A donde pretendía llegar? ¿Es qué acaso pretendía?
[¡Al fondo!- Le gritaban desde lejos]
A la raíz pero ésta estaba tan adentro, tan escondida, qué si llegaba olvidaría el problema. El conflicto inicial.
La información era más que suficiente para empezar a suturar las heridas. 
Buscaba algún tipo de filo, qué tajara, las heridas ya suturas. ¿Por qué? ¿Es qué acaso quería sangre?
Tenía que empezar pero sus pies eran incapaces de dar el primer paso/el salto final.
Estaba siendo su propia piedra.
Estaba cansado de ser su propia jaula. El amo y el esclavo. El rey y el súbdito. El cazador y la presa.
Las sogas tiraban para abajo, él miraba para arriba. El cielo nocturno lo miraba a él.
Confundido. Agobiado. Era un luchador. No estaba luchando, sólo estaba mirando la pelea.
Contaba los espacios en blanco, contaba los latidos de su corazón físico. Observaba. Contemplaba.
No hacía preguntas. Esperaba; esperar.
Se olvidaba de quién era. Se escribía. 
Se perdía. Se perseguía. Se apuraba.
Se desarmaba. Se arrastraba. Se enterraba.
Se salvaba. Se encendía. Se desprendía.
Se apretaba. Se silenciaba. Se provocaba. 
Las sombras de su memoria eran tales qué se adentraba al mar interior, explorando las angustias más oscuras, más profundas, más dolidas. Se entregaba al orden más exacto, al caos verdadero.
¡¿Cómo se permitía olvidarse de quién era?! Después de tantas batallas, después de tantas flores, después de haber vencido cientos de miedos. De haber cruzado todo sus límites. De haber navegando hasta el cansancio en su alma desnuda. 
¿Era esa la razón por la cual todo carecía de sentido? Esa sensación de qué nada era plenamente importante. El valor se había roto. ¿Donde estaba?
La existencia. El asesinato. 
La existencia, los periódicos viejos. 
La existencia, flores frescas, flores muertas. 
¿Cómo volvía? ¿Cómo sabía? ¿Cómo encontraba? ¿Cómo podía salvarse de ello, si no sabía lo qué era?
El secreto era todo aquello qué sus ojos no miraban mientras veía. La fuerza era reír. 
El camino era cuestionar, para enfrentar, para subir un peldaño más de esa larga escalera.
La verdad de las palabras que se auto consumen. El fuego y las lamparas.
La voz y las voces. 
Le decían, Nos decían.
"Aférrate a algo.
Cree en ello con cada célula de tu cuerpo.
Respira, inspira.  Guíate por los ciclos de la luna, deja ir, deja entrar. Al igual qué el circulo blanco, siempre creciendo. Cambiando. 
Renuévate.
Recuerda quién eres. Dejá que los sentimientos se acrecienten, tanto, hasta tomar forma. 
La existencia. La conciencia. 
El miedo, los nudos, el enfrentamiento. 
La paz. El equilibrio. 
La vida"

Nudo XIV

En la noche oscura del alma son siempre las tres de la mañana.
Francis Scott Fitzgerald 



Cultivar la belleza.
Desde el centro, detrás de los huesos, el alma.
Como las rosas que resisten, la vida late en su centro.
Lucha contra los primeros pétalos secos.
Rosas que resisten.
Se desvanecen suavemente en la oscuridad de la noche.
Una obra para ver, y acariciar.
El silencio con forma de boca, la paciencia en los labios limpios.

domingo, 12 de agosto de 2012

A media voz


Desnuda(me) el alma.
Por qué las lágrimas se han secado 
sobre mi rostro.
Abraza(me) con los brazos, con los ojos,
con las piernas.
Fuerte. Qué duela, en los huesos.

jueves, 9 de agosto de 2012

Filosa como la lengua



Arriba.
Viajemos tanto como las estrellas nos permitan.
Dibújame alas, puedo palpar las nubes con la punta  de mis dedos.
Cajones. Botones. Colección de colores. Cocción de dolores.
Más alto que el sol nos quema, nos impulsa en cada golpe.
Se chocan las gotas de lágrimas sin sabor. Se unen, envuelven, abrazan.
Las brazas de pensamiento en la mente plena de luz. Hundiéndose para surgir de lo más profundo del alma, que calla y otorga. Otorga calor con forma de flores.
Deforma sueños mal heridos, mal curados. Nocturno lleno de azúcar.
Píntate alas. Volemos tan bajo, casi a punto de caer.
¿Lo sientes?
Exquisito abismo que bordea todo aquello que no tenemos.  Todo ésto que nos falta.
Telaraña ensucia el corazón que (quiere) despierta  al unisono de el final de una melodía.
Limpia las enredaderas de miel sobre tus hombros cansados.
Giremos en nuestro eje, ya nada puede alcanzarnos; pues nos han crecido alas.
Océano de cadenas ¡Liberanos!
Déjanos elevarnos, allá, aquí, ahora.
Déjanos llenas los espacios en blanco del reloj que persigue al tiempo. (Y nunca lo alcanza)
Déjanos libres la boca para besar hasta el cansancio, y los brazos fríos para luchar cada batalla.
¡Qué nadie se rinda! ¡Qué nadie se apague!
Volar no es difícil, si hay alas sobre los huesos.
Déjate libre la espalda.
La espada que corte la igual de los días, las vendas cayendo ante el filo de la tijera.
Filosa, como la lengua. 
Como la palabra.
Peligrosa, como la bruma, de muerte, que se oculta entre pasillos.
Inequívoca, como la mano a las cuales se les escapan éstas palabras.
Libre. Déjate libre.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Coleccionista

Nos estábamos cayendo, por separado.
Nos estábamos golpeando.
Estábamos llorando en silencio.
Ninguno de los dos era capaz de quebrar
el verdadero silencio que nos envolvía.
Esas ráfagas de aire que, cada vez, nos empujaban
más fuerte.
(En mi caso, me empujaba mar adentro)
Nos faltaba valor.
(Para dejarnos caer en la misma cama)
Nos faltaban heridas que sanar.
Separando las partes, nos dejábamos ir.
Yo juntaba mis palabras/poesía.
Él usaba sus horas perdidas.
¿Nos habíamos equivocado?
Me parecía tan triste, que nos faltara valor.
El blanco y el negro dolido.
La memoria, la locura, la soledad.
Nos estábamos perdiendo.
No me atrapó, y yo lo deje volar.
Nos caíamos por separados.
Sin color. Sin sabor.
Eramos  fantasmas.



Me falta una mitad


Quiere derribarme.
Y eso que todavía 
no me había levantado.
Estaba curando mis pies, y me golpea.
Fuerte.
Me falta.
Me falta una mitad.

I

Ceguera temporal cuando el sistema nervioso central colapsa.
Hablar con silencio.
Gritar con silencio. 
Llorar con silencio.

II  
Demasiada soledad.
Demasiado veneno.
Las calles desalineadas, nadie las recorre. Sólo el agua.
Demasiado dolor.



lunes, 6 de agosto de 2012

Viaje azul


Lo tengo todo aquí, en mis manos, nada de vueltas. 
Libertad en todos los colores, con todos los olores. 
Mi alma florece como mariposas blancas.

viernes, 3 de agosto de 2012

XXV



Los músculos se atrofian.
Y el corazón, es un músculo.
Úselo, por favor.
[Ciertos músculos se atrofian 
más rápidamente que otros] 

jueves, 2 de agosto de 2012