viernes, 26 de abril de 2013

El volumen de una sombra

En el año 2007  me diagnosticaron angustia.
Eso decía el papel cuadradito que tenía en las manos.



Más adelante, Maurice Blanchot, me dijo qué:
Angustia: Horror 
de todo lo que la nombra.
Ella quiere eso, que no se hable de ella, y que,como
en cuanto es ella quien habla, no se diga nada.



Perdí el habla.
La capacidad de saber que sentía.
Me conecte con los silencios, deje de moverme.
Recuerdo mis manos apoyadas sobre mis rodillas. Débiles, por el pulso cansado.
Nunca me gustaron las salas de espera, ni las manos frías de los médicos.
Perdí mis ojos en el abismo que ellos mismos tenían.
Mi ausencia crecía sin frenos. 
Recuerdo mi rostro lleno de lágrimas, y el árbol de sentimientos 
que me crecía en la garganta. Estaba sola.
Me recuerdo cruzando las puertas, apurada.
Apurada para esperar. Para sentarme en las sillas
incomodas de un pasillo oscuro.
Apurada porque alguien me dijera algo. 
Porque alguien pudiese darme una mano, separando
las mías, que las entrelazaba una con la otra, tan fuerte
que solía dejarme marcas.


En el año 2009 me diagnosticaron depresión.
Eso decía el papelito que me dieron, junto con
un estudio de mi corazón.
Mi corazón estaba loco, cansado, apurado.
Quería frenar.
Supongo que quería escaparse de mi cuerpo.
Yo también quería.


Más adelante, Sylvia  Plath, me dijo qué:
"Soy vertical pero 
preferiría ser horizontal"





Asesine todos los sentimientos,
y dejándome sólo dos cosas que
sentir: El dolor y el miedo.
El miedo fue una especie de veneno.
Se me desparramo por todos los huesos.
El dolor empezó a tallarme en silencio.
Hueso por hueso.
Me enferme. Mi cuerpo se enfermo. 
Perdí el habla.
Me encerré. Me calle. 
Me senté durante cientos de horas
en la nada. Mirando ninguna cosa.
En silencio. Recuerdo el peso que sentía sobre
mis hombros. Habían matado todo mi amor.
Todo, en lo que yo creía . Eso había caído a mis pies
y se había encadenado a mis zapatos. 
No podía avanzar.
Todo el amor, estaba muerto.
Alguien mató algo. 
Y algo se empezó a formar dentro mío.
Eran mis palabras, se habían estado acumulando
a lo largo de los años, una encima de la otra
con forma de montaña.
 Mis horas estaban 
casadas con las sombras. 
Algo
empezó a golpearme de adentro para afuera.


"Soy mitad,
y el resto no lo digo".
Levante con todas las fuerzas que nunca tuve,
paredes, y paredes, y paredes  aturdidas de mi silencio.
Ensucie todo.
Me encargue de llevarme hasta el limite.
Porque era ahí donde yo quería estar.
Me empuje, me caí, me golpee, 
me llore, me rogué frenar.
Me seguí empujando.
En el 2010 
Quisieron quebrar el silencio, 
y derribar el castillo que había
levantado con tanto esfuerzo.
Ahí estaba a salvo. 
Estaba sola, pero a salvo. 
Me sentaron. 
Me obligaron.
Me frenaron.
Me arrancaron las palabras de adentro. 
Me recuerdo, sorprendida, ante
mi voz. Quebrada y dolida.
Estaba pudiendo con algo o al menos eso creí.
Ya era demasiado tarde, porque 
las sombras habían crecido tan alto. 
Qué ahora: Mi cuerpo hablaba por mi.
Tal era mi silencio, que se me fue de las manos, hacía
los brazos, las piernas, los dedos, el cuello.
Mi cuerpo hablaba por mi.
No sabía que estaba haciendo,
y no sabía qué tenía que hacer.


Cuando no sepas que hacer: 
Preguntale a Sylvia Plath
Y ella dice qué:
"Morir es un arte,
como cualquier otra cosa.
Y yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien que parece un infierno.
Tan bien que parece real.
Supongo que cabría hablar de una vocación".


Perdí el contacto
con los sentimientos estaban adentro mío.
Era ahora;  una catástrofe.
Un huracán, un caos, siempre a punto de estallar.
Mi atención se centró en  volver a mi centro,
en  levantar mis muros de no-querer para estar a salvo.
Me perdí.

Entonces, Alejandra Pizarik, me dijo qué:
"El despertar"


"La jaula se ha vuelto pájaro 
y se ha volado 
y mi corazón está loco 
porque aulla a la muerte 
y sonríe detrás del viento 
a mis delirios 
Qué haré con el miedo"





Ciento de voces
conviven adentro mío.
Tengo el cielo, la luna,
el sol, y el mar; agitándose.
Soy mitad, y el resto no lo digo.
Entre pasillos me muevo con las 
manos vacías. 
El aullido no cesa. 
Soy mitad, y el resto
son escritos que no escribo. 
Entre rejas, me oculto.
Me escudo, me pierdo.
Soy la jaula.
Me asesino, me reniego,
me persigo.
Tengo conmigo el dolor 
de todo aquello que no 
es mi cuerpo.
El frío me sella las manos,
tengo los ojos puestos
en la tristeza. 
El aullido no cesa, y no
se cesará porque tengo 
en la boca la sed de amor.

Abril 2013
Viernes 26

Hoy abrí los ojos
y sentí ese tirón
de las sombras ocultas
en las horas. 
Me están buscando, y como las nubes
quieren llevarme allá.

Sigo sin poder hablar.
Por eso escribo.
Me escribo a mí, a ellos, a 
ella, a él.
Sigo sin poder sacar
todo lo que siento para afuera.
Así es el miedo.
Tengo adentro
una primavera 
que siempre está florecida.
No he tenido oportunidad
de enseñarle a nadie,este
jardín maravilloso que
vive conmigo.


Desde que empezó el 2013

Estoy luchando, con
todas las fuerzas que sí tengo.
Para salirme de la jaula.
Nunca en todos éstos años
tuve tantos deseos de salir.
De hablar.
De reírme.
De vaciarme de todo lo que estuve
llena para llenarme de lo que 
siempre me hizo falta:
Amor.

Me tiemblan las
piernas, 
y me tiembla la voz.
Siento los miedos deambulando
cerca mío. 
Si doy mi brazo a torcer,
y cierro el  puño; voy estar a salvo. 
Todo adentro.
Como siempre, la manera fácil.
Pero no puedo, porque 
hace cinco días cuando
alguien me dio la mano.
Me sentí a salvo.
Entonces entendí;
que es afuera donde
tengo que estar.
Quiero luchar con
los dientes, con las manos,
con los brazos, con las piernas.
Me quiero arrancar
la piel; con tal de salir.

Miércoles 20 de marzo
No puedo hablar conmigo misma
porque me estoy ocultando detrás 
de mi lenguaje. 

Viernes 26 de Abril

Estoy con todas
las venas abiertas.
Expuestas a más
no poder.
Hablándome a mí 
a través de mi lenguaje.
Estoy es lo que soy.
Siempre me encuentro
prendida fuego en mis anotaciones.
Es este mi punto de quiebre,
y linea de comienzo.

Mañana

Quiero ser
el pájaro y 
no la jaula.

viernes, 19 de abril de 2013

domingo, 14 de abril de 2013

El vientre del mar


[Se esconde 
en mi vientre.
Lo llevo 
a todos lados
conmigo,
te lo quiero
enseñar.
De a poco.
Por partes.
Llevo el 
mar adentro 
mío
Y tiene un color,
y un sonido; precioso.
Quiero enseñártelo]


Quiero que me pintes la boca, de un color.
Podes elegir el que más te guste. 
Pintame, lento. Suave. 
Podes elegir dos o tres colores, porque quiero que me corras la pintura con tu boca.
Quiero retratar la forma de tus labios, con mi lengua.
Podes morderme acá, despacito. La parte interna de mis labios. 
Quiero que me muerdas fuerte; tan fuerte, que me vea obligada a gemir, a pegarme a tu cuerpo.
Podes escupirme porque deseo tu saliva. 
Quiero que atrapes mi cuerpo en tus manos.
Podes poner tus manos en mi cuello, agarrar mis tetas, apretarme el culo. 
Quiero que me aprietes a más no poder, contra tu sexo. Sentirte hasta las heces.
Podes bajar las escaleras que se esconden en mis costillas, y recorrer mi vértigo hasta encontrarte con la humedad entre mis piernas.
Quiero tenerte adentro mío. Tu piel, sobre mi piel. Más profundo, más adentro. 
Podes desearme con violencia, y tratarme de ese modo, porque así me gusta.
Quiero rozarte, olerte, tenerte, todo. Delicadamente.
Podes gastarme la piel; la sangre. 
Quiero tu fuerza, tu dolor, tu goce. 
Te quiero a vos, con todas tus luces y sombras.
Quiero que me arranques la piel; heme aquí: en el reino de las ansias.


lunes, 1 de abril de 2013

Abril


Sea el pájaro 
y no la jaula.

Tengo todos
los sentidos 
adormecidos
por el amor.