domingo, 24 de marzo de 2013

Domingo



El vértigo recorre mi cuerpo cuando 
se derrumban los párpados. 
Pierdo, en el mareo del mar negro.
Se me escapa un silencio.
Pienso, en la canción que los árboles me tocan.
Nauseabundas son las preocupaciones que 
caminan en el trazo de los pasillos, 
en la línea de las manos.
Tengo la boca sucia, por las palabras 
que no logro decir. 
Tengo flores en las
 emociones de la piel.
Ausencia, de tu cuerpo 
está noche de otoño.
El aire amarillo, los hombros cansados 
por un peso que jamás desiste.
La tristeza no tiene fin y 
mañana por la mañana el espejo 
no podrá decirme de quién es la cara 
que ocupa mi rostro.

1 comentario:

sin pulso dijo...

tu texto tiene una belleza sumamente muy especial.. me hace recordar mi no tan pasado como si lo tocara con las yemas de mis dedos...lo adoro..