Los árboles caídos no brillan dentro mío.
No encuentro la parte del cuerpo que no es mio.
La taza está vacía y sí, suenan los brillos dentro de la cuchara.
Mis ojos mirandome, estoy llenando los vacíos con tu mirada.
Quiero girar, y girar, hasta que los árboles se transformen
en una sola línea recta. Adentro de la línea estoy danzando y yo
no sé que colores son éstos que me persiguen.
Los pensamientos se dieron a la fuga, algo se quiebra lento. Tan
lento que ruge, cruje, y estalla. ¿Y tus ojos? ¿Y mis ojos?
El agua que une mis huesos abraza mi dolor, baja por todo mi cuerpo
como una corriente fría. No hay nada que separar, la voz se desata y el
cuerpo escupe dolor sin color.
Los árboles siguen cayendo y yo estoy en las raíces pálidas del amor.
Descoloridas, más y más.
[Las nubes bajan a
saludarme, me estremezco.
Quieren llevarme
allá]
1 comentario:
INTENSO.
Se parece mucho a uno que yo escribí hace tiempo, con mucho, mucho sentimiento.
Espero que el amor no estuviera muriéndose.
Un abrazo
Agnes
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