sábado, 18 de junio de 2011
Muerdo mis ojos
Entró sin pedir permiso, rapidamente el aire de volvía pétreo.
Me estire, a más no poder, debido a la fuerza contraría, que se ejercía sobre mi. Me paralice, caí en la cuenta,que ya no era capaz de luchar contra ese mounstro.
Y los muros construidos, no necesitan más que un minuto para caer. Para destrozarse como una ilusión perdida.
No necesitan más que un minuto para que ,todo lo que construí, se de vuelta, cobre vida, y se abalance sobre mí.
Así es el pánico. Jamás pide permiso, entra con toda su ira a corromper toda flor que yacía dentro de mi jardin.