domingo, 13 de mayo de 2012

Caballo de guerra






Hace días un sueño me persigue, en distintas horas, lo espero en silencio.
Parpadeo, siento su bruma rodeando el contorno de mis ojos. 
En celestes infinitos, es maravilloso. 
Duermo.  Se revela ante mí. 
Un sin fin de caballos blancos que corren hacía el norte.
¡Celebro sus ojos! Cargados de (mi) tristeza liquida. 
Verlos venir, es una hermosa catástrofe. En mis oídos, sus latidos, los escucho, 
me escuchan. Su fuerza  casi me acaricia.
Profunda sus huella. La tierra. El viento. Envuelve.
¡Celebro su libertad!
Caballos de guerra, blancos, como la luna que los guía desde el otro extremo de la tierra.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los puntos de fuga del otoño platense me hacen acordar a vos.

Lrenita7 dijo...

Adoro tus textos... precioso aunque a la vez triste..

giselle dijo...

fuertes como caballos.