domingo, 31 de julio de 2011

jueves, 28 de julio de 2011

Control. Fuera de

 Nota del día

Del cuaderno negro con puntitos: 

No voy a decir ni media palabra en voz alta.
Acariciar ,con la yema de los dedos, mis muñecas.
Otra vez se me están escapando las lágrimas. Otra vez estoy sintiendo esas huellas sobre mi piel.
Escalofrío se revela como un espiral, desde la punta de mis pies, hasta mis pestañas.
Comienzo a girar, no tengo frenos. No tengo centro.
Las luces se apagan, se prenden, y se vuelven a apagar. Estoy en el mismo lugar. ¿Siempre?
Acariciar ,con la yema de los dedos, mis muñecas.
Huellas. Huellas. Huellas.

lunes, 18 de julio de 2011

Escribo con urgencia


Voces resuenan en un rincón de mi cabeza,estoy en una especie de trance, poseen mi cuerpo, hablan por mí.
Se me acalambran los dedos. Escribo con urgencia. Palabras poco delicadas.
Pañuelos llenos de lágrimas.
No puedo ver por eso mismo les escribo con los ojos cerrados y el corazón sofocado de melancolía.
Manos frías ,en voz alta, digo: Ninguno de ustedes sufre tanto como yo. 
No es que quiera menos preciar a nadie o alguien, pero lo mío, es casi una vocación. Un oficio. 
Un  arduo trabajo para mi cuerpo. Que tiene un alma vieja (es así como me siento algunas noches). Como una persona gastada. De sentimientos. De café. De cigarrillos. De soledad.

domingo, 17 de julio de 2011

Anomalía profunda

El exceso de sentimientos o la falta de ellos, pueden enloquecer a cualquiera.
Ahora, si tan solo pudiera dejar de sentir, por unos instantes, lo haría. Es esa furia que se despierta, parece estar cifrada,me patea fuertemente el pecho.
 No puedo parar. No puedo parar -ni por un segundo-de destrozar todo lo que yo misma construyo.
No puedo poner un punto final. Ni siquiera una especie de freno.
Me da lastima.
Me sorprende lo mucho que puede resistir el cuerpo.

lunes, 11 de julio de 2011

Suicidio

No hay cura para alguien que se hunde en su miseria.
Desesperación en las mañanas al no poder respirar.
Desesperación en las noches al no lograr escapar de pesadillas.
No hay cura para quien está lleno de grietas. Pero no me refiero a  las grietas causada por los golpes exteriores.Hablo de grietas que vienen de adentro. De un árbol venenoso plantando en el interior,  que extiende sus ramas, llegando así a crear grietas de adentro hacía afuera. Cicatrices.
Triste. Es triste no poder trazar ni siquiera una linea -fuera- del circulo vicioso.
Estado natural, con una fuerte tendencia, al suicidio. A los días gastados. Al tiempo salado sobre suaves heridas.
No hay cura para los días, que son iguales a los anteriores días.
No hay cura para la bruma peligrosa de muerte que camina en las calles vacías.
Corriendo tras el tiempo con el afán de aferrarse a algo o alguien.
Ceguera temporal cuando el sistema nervioso central colapsa.
Hablar con silencio. Gritar con silencio. Llorar con silencio.
No hay cura para quién deja de ser, y entrega su cuerpo al dolor.
No hay cura para quién comete un asesinato en serie contra sí. 
No hay sentencia para el vacío que yace sobre los abrazos rotos.
No hay besos que lo trasladen hasta la luna ida y vuelta.
No hay caricias que hagan sentir un leve brisa rosada.
Si hay un baúl  - abierto- cargado de "no querer", que fue pintando todo lo que había.


(casa vacía, pies lastimados)

domingo, 10 de julio de 2011

Si pudieras verme ahora



Cecelia Ahern
"En lo que al corazón atañe, cuando éste se rompe lo hace en el más absoluto silencio. Dirías que siendo algo tan importante debería hacer el ruido más fuerte del mundo entero, o incluso emitir algún sonido ceremonioso como la vibrante resonancia de un címbalo o el tañido  de una campana. Pero guarda silencio y casi deseas que haga un ruido que te distraiga del dolor. Si hay algún sonido es interno. El corazón grita y sólo lo oyes tú. Es un grito tan fuerte que te zumban los oídos y te duele la cabeza. Se retuerce dentro de tu pecho como un gran tiburón blanco atrapado en el mar; ruge como una osa a la que le han arrebatado su osezno. Eso es lo que parece y así es como suena, como una enorme bestia que se revuelve presa del pánico en una trampa, rugiendo como si fuese prisionera de sus propias emociones."

miércoles, 6 de julio de 2011

Frío

Los hombres fríos destruyen a las mujeres. Las cortejan con algo afable que sacan para mostrarlo, algo anexo a sus almas como un invernadero falso. Te llevan hacia él y crees que ves la vida y la vitalidad y el sol y el verdor y después, cuando los amas, te llevan a su verdadera alma, un salón lleno de corrientes de aire, arqueado y abovedado, un lugar que se burla de tí con sus ecos... Oyes como todo lo que has sacrificado, todo lo que diste aterriza con un ruido sordo y fuerte. Cierra el invernadero con llave y pronto tú eres tan chiquita como una figura desdibujada en un plano de arquitecto, un borrón sin cara, una mancha de miembros como palitos, abandonada en un voluminoso desierto de piedra.Ten cuidado con un hombre que dice que te quiere, pero es incapaz de una confesión apasionada, de derretirse en un sollozo. Eso es lo que anda mal con la gente fría, no tienen hielo en el alma, sino que insisten en que cada una de sus palabras, cada uno de sus actos, sean un espejo de ese hielo. Nunca aprenden la belleza o el valor del gesto. La necesidad emocional. Para ellos, todo es sinceridad, sinceridad antes que belleza, verdad antes que arte.
El amor es arte, no verdad.
Lorrie Moore.

martes, 5 de julio de 2011

¿Quién mató algo?

No quiero ser repetitiva, pero lo soy:
Yo no extraño a quién mató todo lo que hubo en mí.
Extraño no tener quién me abrace en las noches vacías.


Nota del día de ayer: Caminar al lado (tuyo), el tiempo pasó rápido. Tus ojos brillarón como tus zapatos.
Nota del día de hoy: Lo cierto es que me estoy tratando con un terror absoluto.

La hora del té


Que se detengan todos los autos.
Que se paralicen todos los miedos.
Que dejen de sangrar todas las heridas.
Que no se disparen los recuerdos.
Que la agonía ,de los días fríos, no se escape.
Que la muerte no deje de resultar romántica.
Que la asfixia no tenga aire.
Paren todos los relojes, detengan el tiempo.
Es la hora del té. 
Pondré todas éstas cosas detenidas en una taza caliente.
Siéntese a mi mesa, es hora del té. Vamos a probar mis lágrimas.
Son las cinco, es la hora del té.

domingo, 3 de julio de 2011

Lluvia ácida

 Les recomiendo leer ésta entrada con los ojos cerrados.  


Como no encuentro la imagen justa para decir lo que estoy pensando. Voy a tratar de describirlo. Espero que puedan imaginarselo.

La imagen sería así: Muchas nubes, cargadas de un intenso gris, con una lluvia de corazoncitos (pequeños)
Pueden ser de color rojo. O no. A la derecha de la imagen, se encuentra una  niña. (Pero dibujaba con palitos). En el final  dice "Necesito un paraguas". 
Me siento como si estuviera bajo un tormenta, pero estoy inmovil, contemplando como todo se derrite.