En ocasiones, cuando nos perdemos en el miedo y la desesperación, en la rutina, en la constancia, en la desilusión y la tragedia, habría que dar gracias a dios por las galletas glaseadas de Bavaria y, afortunadamente, incluso cuando no hay galletas, aún nos puede reconfortar la caricia de una mano conocida acariciándonos, o un gesto amable cariñoso, o un apoyo sutil para respirar la vida, o un abrazo tierno o unas palabras de consuelo, y no olvidemos las camillas de hospital y los tapones para la nariz, y la repostería que sobra y los secretos susurrados y las Fender Stratocaster y tal vez alguna que otra novela y hay que tener en cuenta que todas estas cosas, los matices, las anomalías, las sutilezas que creemos que no son más que complementos en nuestras vidas, de hecho están presentes por una causa mucho mayor y más noble, están para salvarnos la vida. Sé que la idea resulta extraña, pero también sé que es la pura verdad."
Un ejercicio interesante sería enumerar cuántas "grandes cosas" forman nuestro día a día, y sobre todo cuántas "grandes cosas" han ilusionado nuestra vida, sin estar formadas de muchas pequeñas cosas.
Un ejercicio interesante sería enumerar cuántas "grandes cosas" forman nuestro día a día, y sobre todo cuántas "grandes cosas" han ilusionado nuestra vida, sin estar formadas de muchas pequeñas cosas.
2 comentarios:
¿quién es sylvia la de la cabeza en el horno?
tienes razon seria interesante si enumeraramos todas esas cosas que nos hacen soñar, que vivimos a diario por que creo que con ella nos dariamos cuenta de cuan hermosa la vida, de lo que a veces encontramos mierda no es eso sino algo con lo que aprendemos, lo que luego podriamos ocupar como un flotador para este inmenso mar en el que nadamos en busca de una isla donde quedarnos.
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